¡Hola, lectores valientes! Como os están encantando mis vídeos sobre novelas, decidí grabar uno nuevo. En esta ocasión, os hablaré del libro de terror y fantasía Nuestra parte de noche, de la escritora Mariana Enríquez.
Mariana Enríquez nació un día de 1973 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Además de escritora, trabaja como subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y como docente. Forma parte de la corriente de la nueva narrativa argentina y se la conoce como la reina del terror. A pesar de esto, su primera obra publicada, Bajar es lo peor (1995), no aborda esta temática. Tiene otros libros en el mercado como Cómo desaparecer completamente (2004) y Este es el mar (2017). También ha escrito numerosos libros de cuentos: Los peligros de fumar en la cama (2009), Cuando hablábamos con los muertos (2013), Las cosas que perdimos en el fuego (2016) y Un lugar soleado para gente sombría (2024). Por último, posee dos cuentos que publicó de forma individual: Chicos que vuelven (2010) y Ese verano a oscuras (2019).
En cuanto a la novela de este vídeo, Nuestra parte de noche, fue publicada en 2019 por la editorial Anagrama. Ha ganado el Premio Herralde de Narrativa (2019), el Premio de la Crítica de narrativa castellana (2019) y el Premio Celsius (2020).
No obstante, todos estos galardones palidecen ante la siguiente revelación: Mariana Enríquez es fan de Taylor Swift. Es swiftie.
La historia de Nuestra parte de noche comienza en el Buenos Aires de 1981, durante la dictadura militar. Juan y su hijo Gaspar están inmersos en un viaje en coche en busca de algo o de alguien. No os quiero destripar el argumento de la novela, pero os haré un breve resumen de los temas que trata: ocultismo, sectas secretas, magia negra, casas encantadas, fantasmas, demonios, dioses oscuros… Y todo esto a lo largo de varias décadas de la historia de Argentina con diversos saltos temporales y puntos de vista que se complementan.
Esto, más que una reseña, es un elogio de una novela que me ha encantado y que os recomiendo encarecidamente leer.
«No era normal porque era hermoso por dentro, tocar su corazón esforzado e hipertrófico le había resultado a Bradford una experiencia semejante al hallazgo de una ninfa en un bosque sagrado, a un amanecer dorado, a la sorpresa de una flor que se abría por la noche. Los colores del interior de ese chico eran más intensos, su sangre olía a un desconocido metal salado, sus arterias eran pinceladas grises y azules y rojas».
Mariana Enríquez, Nuestra parte de noche.